La información que nos llega a través de los medios de comunicación atruena. Manifestaciones en diversos puntos de España. Tractoradas hasta el centro de las ciudades. Olivareros jienenses colapsando la provincia en estado de movilización permanente por el desplome de los precios. Un agricultor de la provincia de Alicante que reduce a leña 15 hectáreas de árboles frutales por los precios miserables. Naranjas pudriéndose en los campos. Destrucción masiva de lechugas por el precio que pagan las distribuidoras. Y así un largo etcétera de destrucción constante de alimentos, patatas, tomates, fresas, caquis, granadas…
¿En síntesis? El campo en lucha. Un campo que no solamente somos los olivareros de Jaén. Somos todos, agricultores y ganaderos en lucha para evitar la debacle. Para que el campo no se siga muriendo. Porque esto, sino se palia, nos conduce progresiva e inexorablemente a la muerte del campo. A que la España vaciada o vacía fenezca por completo. Y, nunca lo olvidemos, en el campo empieza la vida. No lo decimos porque en ACEITERÍA AHÍLLOS seamos gente de campo, que ama donde vive y lo que hace. No. Si le campo español muere, todos morimos, vivas donde vivas.
¿Qué pedimos? Algo tan básico y justo como precios equitativos. No tiene sentido comprobar qué se le paga en origen al agricultor, qué nos cuesta producirlo y cuántas veces multiplicado llega a ti, consumidor final. O que se te engañe de manera tan burda, con letra pequeña, sobre la procedencia del producto que vas a consumir.
Lo que el campo español produce es sinónimo de calidad. Y esa calidad tiene un precio, un justiprecio, por varios factores, la propia materia prima y el coste de la producción. Los costes laborales no son lo mismo en España que en Turquía o Marruecos, por ejemplo. Y tú, como consumidor, debes de poder leer, bien visible, la procedencia de lo que compras en el supermercado. Si además la fruta o las verduras están troceadas y envasadas, no tienen obligación de mostrar su procedencia. ¿Resultado? Nos venden lo más barato al precio que quieren. Y, dependa del Gobierno de turno que sea, deben de existir los aranceles apropiados para proteger lo nuestro, lo español. Productos, no olvidemos, de calidad, de los que dependemos un gran volumen de personas.
Por este motivo, pensando en ti, consumidor, ACEITERÍA AHÍLLOS enarbola con orgullo este lazo verde olivo que representa la lucha del olivar y de todo el campo español por extensión, agricultores y ganaderos.
Además, ¿por qué crees que ACEITERÍA AHÍLLOS se patea España acudiendo a ferias alimentarias? Para que nuestro aceite de oliva virgen extra llegue a tus manos sin sobrecostes. Directamente, de nuestros olivares a tu mesa. Ahora, todos juntos, sigamos luchando por algo justo, que nos compete a todos.